Que no te engañen los 30 grados que aún nos acompañan al sur del país, el otoño llegó oficialmente el pasado viernes 22. Una estación que nos regala bonitos paisajes e inunda las calles de olor a castañas, pero que acarrea un inevitable aumento de la humedad ambiental.
Con la llegada del frío y de las lluvias, es posible que en casa aparezcan las temidas manchas negras de humedad. Suelen ser el resultado de una mala ventilación, un clima mojado, alguna fuga de agua o la oscuridad.
Además del evidente problema estético que suponen para nuestro hogar, estas manchas pueden afectar a nuestra salud, ya que son un cultivo de ácaros y bacterias. Algunos ejemplos de enfermedades comunes son los resfriados, las alergias, la dermatitis o la gripe.
La buena noticia es que estás a tiempo de evitarlo.
Consejos para prevenirlas
- Revisa si existen fisuras en tu fachada, el agua podría introducirse por ahí.
- Deja que el aire entre en casa, especialmente tras realizar actividades que provoquen mucho vapor de agua (ducharse o cocinar).
- Tiende la ropa en el exterior.
- Mantén una temperatura de un 19º, no mayor. Cuanto más caliente esté el aire, más humedad absorberá.
- Limpia los canalones, bajantes y elementos de desagüe.
- Opta por el doble acristalamiento en ventanas.
Cómo actuar si ya han aparecido
Una vez hayamos detectado una mancha de humedad, lo mejor es actuar cuanto antes. Llama inmediatamente a un especialista para que averigue el foco del problema y, a partir de ahí, se llevarán a cabo los procesos oportunos. Estos fenómenos no mejoran con el tiempo ni desaparecen por sí solos.
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